Una de las variedades de póker más conocidas en la actualidad es el póker clásico de 5 cartas. Es más, esta variedad de juego era la más jugada hasta que llegó el póker Texas Hold´em. En ese momento se convirtió en la opción más jugada, dejando al póker clásico como segunda alternativa.
Si nos centramos en el póker clásico de 5 cartas, nos damos cuenta de que jugarlo es muy simple. Solo hay que hacer la mejor mano posible tras realizar descartes. Eso sí, en este caso no hay cartas comunitarias.
En la actualidad hay dos variantes principales dentro de este tipo de juego. Podemos ver el póker clásico Antes y Ciegas. Si te estás preguntando con cuantas cartas se juega, podemos decir que en las dos variantes se juega con cinco cartas.
Jugar al póker de 5 cartas es sencillo, pero vamos a mostrarte como hacerlo si tienes curiosidad en aprender. En primer lugar, hay que dejar claro que variante de juego se va a usar. Tras elegir, será el momento en que los jugadores paguen su parte para poder recibir sus cartas. En ese momento el dealer repartirá las cartas, siempre en sentido de las agujas del reloj. A cada jugador se le entregarán cinco cartas.
Tras recibir todas las cartas, será el momento de realizar la primera ronda de apuestas. Se puede “pasar”, “igualar” o “subir” la apuesta que está vigente. Por supuesto, si las cartas no son buenas, te puedes retirar para evitar poner en el bote un dinero que sabes que no vas a poder conseguir.
El siguiente paso será el de realizar la ronda de descarte. Solo pueden realizar esa ronda los jugadores que sigan jugando la partida y se pueden cambiar las cartas que se quiera. Eso significa que el jugador se puede quedar con todas las cartas si ve que son buenas o cambiar el número que le parezca. En el caso de tirar X número de cartas, recibirá el mismo número del mazo. El juego original es así, aunque en algunas partidas suele ser común poner un máximo de cambio de cartas para darle más emoción al juego. Lo más común suele ser el cambio de 3 cartas como máximo.
Tras obtener las nuevas cartas, es el momento de que dé comienzo la segunda ronda de apuestas. Antes de realizar las apuestas, se suele dejar un tiempo para que cada jugador examine sus cartas y vea cual es la mejor opción. Como en la ronda anterior, se puede subir, igualar o retirarse.
Finalmente, cuando la ronda de apuestas ha finalizado es el momento del showdown. Esto se produce si al menos hay un par de jugadores jugando, si solo queda uno, el bote será para el jugador que ha quedado solo. Y es que hay que recordar que en esta variante del póker también se puede bluffear para intentar engañar al resto de jugadores y llevarse el bote sin tener que mostrar las cartas. Para ganar una partida no hay que dejarlo todo al azar, en ocasiones saber jugar hace que se pueda ganar una partida incluso si las cartas no son buenas.
Si en la mesa quedan dos o varios jugadores, entonces será el momento de poner sobre la mesa las cartas. Una vez mostradas las cartas, el jugador que tenga mejores cartas será el ganador y en consecuencia la persona que se lleve el bote que hay sobre la mesa.
Tras finalizar el showdown será el momento de recoger las cartas para volver a jugar una nueva mano de póker clásico. Es importante recordar que, si no hay un dealer profesional, lo que se suele hacer es ir rotando. Siempre el cambio se hace hacia la izquierda. El objetivo es que todos tengan las mismas oportunidades y evitar la posible manipulación de las partidas por un mismo jugador.
Al igual que sucede con la variante de póker Texas, en el póker clásico es importante dominar todas y cada una de las jugadas. Por ese motivo, antes de competir con jugadores profesionales, lo mejor es practicar para cogerle el truco. No cometas el error de aprender con dinero o perderás mucho hasta que aprendas a jugar correctamente.
Cuando estés en la mesa, evita distraerte y céntrate en tus cartas. Si ves que tus pensamientos se van a otra cosa, lo mejor será que te levantes de la mesa y lo dejes para otro día. Sin concentración plena no conseguirás tus objetivos.
A la hora de evaluar las cartas, hazlo siempre con la cabeza fría. No te dejes influir por los sentimientos o palpitaciones. Igual de importante es poner “cara de póker”. Si no eres capaz de controlar tus expresiones, lo que harás es dar señales a los otros jugadores.
Como sucede con otros juegos de cartas, siempre tienes que aprender a estudiar la situación del día. Con esto me refiero a que, si notas que un día no se te está dando bien, lo mejor será parar y volver otro día. Nunca se debe cometer el error de jugar más fuerte para intentar recuperar rápidamente el dinero que se ha perdido con anteriores juegos. Lo más común suele ser que las pérdidas sean todavía más altas. Por supuesto, nunca se debe jugar más del dinero que se había preparado para la sesión de juego.